Video sobre la vida de Milarepa del Tibet

Milarepa

Jetsun Milarepa, (1052-1135), considerado como uno de los más famosos yogis y maestros iluminados del Tíbet, fue un estudiante de Marpa Lotsawa, y una de las grandes figuras de la escuela Kagyu del Budismo Tibetano.

Nació en el valle de Kya, Ngatsa en Tibet de una próspera familia denominada Mila Thöpaga (Thos-pa-dga"), que significa "Disfrute para los oídos". Cuando su padre murió los tíos de Milarepa tomaron todas las riquezas de la familia. A petición de su madre Milarepa dejó su hogar para estudiar Magia Negra y vengarse de las afrentas recibidas por sus parientes. Mientras los tíos estaban celebrando el matrimonio de su hijo, Milarepa se vengó utilizando las artes de magia negra aprendidas destruiyendo sus cultivos y casas y matando a muchos de losvecinos de la aldea, aunque  los tíos sobrevivieron.

Este film dirigido e interpretado por tibetanos nos cuenta la primera parte de la historia de este gran sabio.

A través de lo que su propia vida nos demuestra, el gran yogui Milarepa significó un ejemplo de lo que es el perfecto bodhisatva, a la vez que constituye un modelo de la vida incorruptible de un genuino practicante. Al vivir sin pertenencias en los elevados baldíos del Himalaya dejó claro que la pobreza no es una forma de carencia, sino un modo necesario para emanciparse de la tiranía de las posesiones materiales. Nos mostró que la práctica tántrica no implica indulgencia ni negligencia. Al contrario, exige mucho esfuerzo, disciplina estricta y decidida perseverancia. Demostró que si no hay una renunciación resoluta y una disciplina inquebrantable todas las ideas sublimes y las deslumbrantes imágenes que exhiben el budismo mahayana y el tántrico no son más que maravillosas ilusiones.

Juventud de Milarepa
Su biografía, junto con todas las canciones que contiene, se integró en el siglo XV y todavía hoy es una de las más grandes fuentes de inspiración en el budismo tibetano.
Milarepa, cuyo nombre se puede traducir aproximadamente como “Milarepa, el que viste el manto de algodón de un asceta”, nació alrededor del año 1025, en el oeste del Tíbet, cerca de la frontera con Nepal. Su opulento padre murió cuando él tenía siete años y la prosperidad de su familia cayó en manos de unos tíos que, a pesar de haber hecho un juramento al padre fallecido, trataron a Milarepa, su madre y su hermana casi como a esclavos. Su madre le rogó que vengara esas injurias y Milarepa se acercó a la brujería, llegando a dominar las fuerzas destructivas de la naturaleza. Así, con una feroz tormenta, mató a muchas personas.
Más adelante lo abrumó el remordimiento y supo que la única manera de expurgar su mal karma era alcanzar la iluminación en esa misma vida. Milarepa buscó al maestro Rongton, quien a su vez lo envió con Marpa, el famoso traductor que recién había vuelto de la India después de muchos años de estudiar allí. Marpa pudo ver que Milarepa era un discípulo de extraordinaria capacidad y enorme determinación. También observó que antes de que pudiera satisfacer ese potencial, Mila necesitaría deshacerse de su mal karma y optó por tratarlo como a un sirviente durante seis años, fingiendo ser un maestro hosco. Milarepa se vio sometido a un régimen severo que lo llevó al borde del suicidio.
Una vez que Milarepa purificó su karma, Marpa lo preparó para que llevara la vida solitaria de un yogui. Le transmitió sus principales enseñanzas del mahamudra, la percepción sin esfuerzo de la vacuidad, así como los seis yogas de Naropa, con especial énfasis en la práctica de tumo, el “calor psíquico”, lo cual le permitió vivir sobre la nieve vistiendo tan sólo un delgado manto de algodón.
Sin embargo, para esta época, Milarepa tenía ya muchos años de haberse separado de su familia y un día, mientras meditaba en su cueva, se quedó dormido y soñó que volvía a casa y veía los huesos de su madre sobre las ruinas de lo que había sido su hogar. Soñó que su hermana era una mendiga vagabunda y que su casa y sus campos estaban abandonados y cubiertos de hierbajos. Despertó llorando amargamente y fue tanta su congoja que dejó a Marpa y volvió a su pueblo, donde confirmó lo que le inquietó en sus sueños. Al ver que la dolorosa existencia humana se consumía sin esperanzas, vanamente en la impermanencia, surgió en su interior un angustioso deseo de renunciar al mundo.

La iluminación de Milarepa

Milarepa hizo el voto solemne de meditar sin interrupción en una montaña remota hasta alcanzar la completa iluminación. Así estuvo meditando durante doce años consecutivos, solo en una cueva, alimentándose nada más con ortigas, hasta que todo su cuerpo adquirió un tono verdoso. Gracias a ese esfuerzo constante logró su recompensa y alcanzó la completa iluminación.

Milarepa, Gampopa y la tradición kagyu
Después de esto, comenzó a aceptar discípulos y a enseñar por medio de sus famosas canciones. Tuvo muchos seguidores y benefactores. Entre éstos, el más famoso fue el médico Gampopa, quien fundó la tradición monástica de la escuela kagyu.

Las enseñanzas de Milarepa
Milarepa enseñaba espontáneamente, de manera libre, respondiendo con canciones y versos a cualquiera que le solicitara una enseñanza. En una ocasión, cinco monjas jóvenes llegaron a visitarlo en lo alto de las montañas, en la Cueva del Tigre de Senge Tson. Ellas dijeron, “se supone que este lugar, lleno de terror, es un sitio ideal para mejorar la meditación. ¿Es posible que tal cosa sea verdad? ¿Así lo has observado?”. Entonces, Milarepa cantó:

¡Obediencia a ti, mi maestro!
Te encuentro tras haber acumulado grandes méritos
y ahora permanezco en el sitio que tu profetizaste.
Es un lugar exquisito, con muchas colinas y bosques.
En las praderas montañosas crecen las flores.
¡En el bosque bailan y oscilan los árboles!
Para los monos, éste es un campo de juegos.
Las aves cantan bellas tonadas.
Las abejas vuelan y zumban
y desde el alba hasta el anochecer los arco iris vienen y van.
En el verano y el invierno cae la dulce lluvia,
la bruma y la neblina cubren todo en el otoño y la primavera.
En este lugar tan maravilloso, completamente solo,
yo, Milarepa, vivo muy feliz,
meditando en la Mente que ilumina la vacuidad.
¡Oh! ¡Qué felices son las miles de manifestaciones!
Mientras más altas y bajas suceden, mayor es mi alegría.
Feliz es el cuerpo que no padece del karma culposo.
¡Muy felices, en verdad, son las innumerables confusiones!
Mientras mayor es el temor, más grande es mi felicidad.
¡Oh! ¡Qué feliz es la muerte de las sensaciones y las pasiones!
¡A mayores angustias y pasiones
más dicha y alegría puede uno sentir!
¡Qué felicidad no sufrir dolores ni enfermedades!
¡Qué felicidad sentir que la alegría y el sufrimiento son una misma cosa!
¡Qué felicidad es jugar moviendo todo el cuerpo
con el poder que surge del yoga!
¡Saltar y correr, bailar y brincar, son aun más fabulosos!
¡Qué felicidad entonar el canto victorioso!
¡Qué felicidad tararear y canturrear!
¡Y qué mayor alegría que hablar y cantar en alta voz!
Feliz es la mente, poderosa y segura,
empapada por el reino de la Totalidad.
La felicidad más extrema
es la emancipación del poder propio.
Felices son las miles de formas, las miles de revelaciones.
Como regalo de bienvenida para mis fieles discípulos,
canto a la felicidad yóguica.

(Tomado de “The Song of a Yogi’s Joy” en Garma C. C. Chang (traductor), The Hundred Thousand Songs of Milarepa, Shambhala, Boston y Londres 1999, pp. 74-75)
Fuente: Teachers of Enlightenment, Kulananda, Windhorse Publications.

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LIBRO: "LOS MILES CANTOS DE MILAREPA"
LA CANCIÓN DE TILOPA
(Esta es la Canción del yoga del Gran Símbolo que el excepcional maestro indio Tilopa
entregó a su discípulo Naropa a orillas de Ganges, según la versión de Simón Mundy y
Ramiro Calle.)

Mahamudra está más allá de las palabras,
Mahamudra está más allá de todos los símbolos,
pero para ti, Naropa, de tan buena fe y leal,
esto hay que decir: El vacío no necesita soporte;
Mahamudra reposa en la nada.
Sin hacer esfuerzo alguno,
sino permaneciendo suelto y natural,
uno puede romper el yugo,
logrando así la libertad.
Si al fijar la mirada en el espacio uno no ve nada,
si entonces con la mente se observa la mente,
uno destruye las diferencias y alcanza el estado del Buda.
Las nubes que vagan por el cielo
no tienen raíces, no tienen hogar;
tampoco los tienen los diferentes pensamientos
que flotan en la mente.
Una vez que se ve la Esencia de la Mente,
cesa toda distinción.
Se forman en el espacio contornos y matices de color,
pero éste no es teñido ni por el negro, ni por el blanco.
De la Esencia de la Mente surgen todas las cosas,
pero esta Esencia no se mancha ni con virtudes ni con vicios.
La oscuridad de siglos es incapaz
de velar el sol radiante;
importantes son los largos kalpas del Samsara
de ocultar la luz brillante de la Mente misma.
Aunque se empleen palabras para explicar el Vacío,
su verdadera naturaleza nunca puede expresarse.
Aunque decimos «la Mente es una luz brillante»,
está más allá de todas las palabras y símbolos.
Aunque la mente sea vacía en esencia,
abarca y contiene todas las cosas.
No hagas nada con el cuerpo excepto relajarte;
cierra firme la boca y observa silencio;
vacía tú mente y no pienses en nada.
Afloja tu cuerpo como un bambú hueco y desahógate.
Ni dando ni tomando, haz que tu mente también descanse.
Mahamudra es como una mente que no se apega a nada.
Practicando de esta manera, en el curso del tiempo,
alcanzarás el nirvana de los Budas.
La práctica de manirá y paramita,
la instrucción de los su tras y preceptos,
y la enseñanza de las escuelas y escrituras,
no aportarán la realización de la Verdad innata.
Pues si la mente al perseguir una meta
se llena de algún deseo,
esto sólo oculta la luz.
Aquel que observa los preceptos tántricos pero discrimina,
está traicionando el espíritu de samaya.
Detén toda actividad, abandona todo deseo,
deja que los pensamientos surjan y se desvanezcan,
cosa que harán como quieran, como las olas del mar.
Aquel que nunca lucha en contra de la impermanencia
y no viola el principio de la discriminación,
éste mantiene puros los preceptos tántricos.
Aquel que abandona la avidez y no se aferra a esto ni aquello,
él percibe el verdadero significado de las escrituras.
En Mahamudra todos los errores de la ignorancia son quemados;
en Mahamudra uno se libera de la cárcel de este mundo.
Esta es la suprema antorcha del Dharma.
Aquellos que no lo creen, se equivocan
siempre girando en la rueda de la pena y la tristeza.
Para esforzarse en el camino de la liberación
uno debe confiar en un gurú.
Cuando tu mente recibe su bendición,
la emancipación está al alcance de la mano.
¡Ay!, todas las cosas en este mundo carecen de significado;
no son más que semillas de dolor.
Las pequeñas enseñanzas conducen a actos;
uno debe seguir únicamente las grandes enseñanzas.
Trascender la dualidad es la noble perspectiva.
Conquistar las distracciones es la práctica soberana.
El sendero de la no práctica es el camino de todos los lindas.
El que camina por este sendero llega a ser un Buda.
Efímero es este mundo; sustancia no tiene alguna;
es igual que las sombras y los sueños.
Renuncia a él y abandona tus vínculos,
zanja tus ataduras de avidez y aversión
y medita en los bosques y montañas. Si sin esfuerzo alguno,
permaneces descansando en el estado natural,
pronto conquistarás Mahamudra, y alcanzarás lo inalcanzable.
Corta la raíz de un árbol y las hojas se marchitarán;
corta la raíz de tu mente y el samsara caerá.
La luz de cualquier lámpara aleja en un instante
las tinieblas de largos kalas;
con sólo un destello, la potente luz de la Mente
fundirá el velo de la ignorancia.
Todo aquel que se apega a la mente
no vé la verdad de lo que está más allá de la mente.
El que se esfuerza en practicar el Dharma,
no descubre la verdad más allá de la práctica.
Para conocer lo que está
más allá de la mente y la práctica
uno debe cortar limpiamente a través de la raíz de la mente
y mirar al desnudo.
De esta manera uno debe zanjar todas las diferencias
y quedarse completamente tranquilo.
Uno no debe aceptar ni rechazar,
sino permanecer en el estado natural, pues Mahamudra
está más allá de (oda aceptación o rechazo.
Como quiera que Alaya no es nacido,
nadie puede obstruirlo ni mancharlo;
afincándote en el terreno del no nacido,
todas las apariencias se disolverán dentro del Dharmata
y la voluntad egoísta y el orgullo se reducirán a nada.
El supremo entendimiento
trasciende todo esto o aquello.
la acción suprema
comprende grandes recursos sin apego.
El supremo logro
consiste en realizar la inmanencia sin expectativas.
Al principio un yogui siente que su mente
se desploma como una catarata;
a medio camino, igual que el río Ganges,
fluye lento y pausado;
al final es como un inmenso océano
donde las luces de hijo y madre se funden en uno.

RECURSOS:

http://es.wikipedia.org/wiki/Milarepa

http://www.milarepamovie.com/

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